Las últimas décadas se han caracterizado por la evolución acelerada de adelantos tecnológicos incluyendo el avance en el desarrollo de los dispositivos móviles y la utilización de los microchips en muchos aspectos de nuestro diario vivir. Ninguno de estos adelantos ha generado un espectro tan opuesto de emociones y opiniones como lo ha sido el renacer de la inteligencia artificial: desde el miedo y el coraje hasta el agradecimiento y el deseo de aplicarlo en varios aspectos de nuestras vidas. Y aunque para muchos, la inteligencia artificial pudiera parecer algo surgido en los pasados tres años, lo cierto es que se ha venido desarrollando por las pasadas cinco o seis décadas. Desde entonces, el hombre ha depositado en las máquinas y posteriormente en las computadoras, la ejecución de algunas de sus tareas.
Este escrito no pretende explicar cómo se desarrolla, programa o genera la inteligencia artificial, solo busca propiciar un diálogo que facilite su incorporación en nuestra vida profesional y personal. Para este propósito, solo basta con entender, de manera muy general, que la inteligencia artificial puede ser definida como el mecanismo que ha ido desarrollando el campo de la informática para crear sistemas y aparatos que, a través del aprendizaje, el razonamiento y la adaptación sean capaces de hacer tareas que de otra manera tendríamos que hacer los seres humanos.
Imagínese en el 2024, perdidos en una ciudad y deteniendo el carro para desdoblar el enorme mapa de papel y ubicar dónde estamos y cómo llegaremos a nuestro destino. Difícil, ¿cierto? pero completamente innecesario, en gran medida, dado los avances que se han hecho con la inteligencia artificial, que no solo me ubica en tiempo y espacio mientras voy manejando, sino que detecta las rutas mas rápidas, mas cortas, con o sin peajes. Este es solo un ejemplo muy común en donde la inteligencia artificial ha venido a facilitar nuestro diario vivir.
Nos corresponde ahora comenzar a abrazar e integrar el uso de la inteligencia artificial en nuestro ámbito profesional como un mecanismo aliado para apoyar nuestras funciones y responsabilidades. ¿Cuántas veces manifestamos que el tiempo no nos alcanza para cumplir con todas las responsabilidades asignadas o que los procesos administrativos nos consumen el tiempo que debemos dedicar a los estudiantes, a los clientes o usuarios? Capitalicemos las múltiples herramientas que existen, muchas de estas de acceso gratuito, para apoyar nuestra gestión profesional sea cual sea el ámbito.
En el campo educativo, por ejemplo, el uso de plataformas y programados permite la sistematización de datos y la atención a los usuarios, que actualmente se hace de manera manual, para que el personal de la administración pueda dedicar su tiempo a la toma de decisiones y a liderar nuevos proyectos de innovación. A nivel de docencia se pueden integrar actividades que involucren herramientas de inteligencia artificial para desarrollar destrezas blandas (soft skills) como la comunicación, la negociación, el pensamiento crítico, el trabajo en equipo, entre otras, partiendo del escrito o del producto que el estudiante haya desarrollado con inteligencia artificial.
El camino está trazado para integrar la inteligencia artificial en nuestra gestión profesional: tener curiosidad → conocer de qué se trata → capacitarse → ensayar → aplicar.
¡Abracemos la inteligencia artificial, sin miedo!
Por: Dr. José Antonio Rodríguez Arroyo
Director del Centro de Educación
Virtual e Innovación del Aprendizaje