El colapso de la discoteca Jet Set y sus implicaciones en la práctica de la construcción

El colapso del techo de la discoteca Jet Set en República Dominicana representa una tragedia de gran magnitud. Expresamos nuestro más sentido pésame por la irreparable pérdida de vidas y extendemos nuestra solidaridad a las víctimas, sus familias y al pueblo dominicano en estos momentos de profundo dolor.

Lo primero a resaltar en torno a este evento es la importancia de recordar casos como el colapso del puente I-35W en Minneapolis, ocurrido en 2007. En aquel momento, muchas personas atribuyeron de inmediato la causa a una supuesta falta de inspección. Sin embargo, tras completarse la investigación, se concluyó que el colapso fue provocado por una falla en el diseño original. Este precedente recuerda que la determinación de causas requiere un análisis técnico riguroso, que incluya el estudio de los restos del edificio, su diseño original, las modificaciones realizadas, las inspecciones previas y la calidad de los materiales, entre otros aspectos. Es esencial esperar a que se completen estos estudios antes de emitir conclusiones.

Los testimonios de testigos pueden aportar datos valiosos, pero deben evaluarse con cautela, ya que es común que surjan versiones inexactas. En esta etapa preliminar, solo se puede especular sobre las posibles causas y señalar factores que aumentan la vulnerabilidad de las estructuras, como la antigüedad del edificio, el tipo de construcción, modificaciones acumuladas, sobrecargas por equipos adicionales, filtraciones persistentes, y la falta de inspecciones estructurales de manera rutinaria.

Experiencias como la de Jet Set y la del colapso del condominio Surfside, en Miami, ocurrido en 2021, ponen de manifiesto que, para proteger a la sociedad, es imprescindible:

– Contar con códigos de inspección y mantenimiento para todas las construcciones. Las edificaciones se deterioran con el tiempo y requieren atención continua. Esto es especialmente relevante en Puerto Rico, dónde estamos expuestos a eventos extremos (huracanes y sismos), y a condiciones medioambientales desfavorables (altas temperaturas y humedad, con salitre) que aceleran el deterioro.

– Los edificios multipisos, por la cantidad de personas que albergan, deberían ser objeto de inspecciones periódicas, por ejemplo, cada 10 años.

– Las instalaciones de alta ocupación, como discotecas o coliseos, deberían inspeccionarse con mayor frecuencia, por ejemplo, cada 2 a 5 años.

– Deben existir planes de evacuación claros, practicados con regularidad, y personal capacitado para activarlos ante señales de peligro.

– Toda modificación estructural debe ir acompañada de un análisis que determine sus implicaciones en el comportamiento del edificio, y las consecuentes medidas de refuerzo o rehabilitación que apliquen.

– Las labores de construcción, reparación o mantenimiento deben ser realizadas por personal cualificado, evitando añadir cargas no previstas. De surgir alguna sobrecarga, debe intervenir un ingeniero estructural.

– Debe establecerse un sistema de licenciamiento para los contratistas, que incluya requisitos de formación y examen de reválida, como se hace con los otros profesionales asociados a la construcción.

Finalmente, deseamos tranquilizar a la comunidad enfatizando que nuestro código de construcción vigente, el PR Building Code 2018, está bien fundamentado y se esperan actualizaciones en un futuro cercano. Por tanto, los diseños estructurales en Puerto Rico se realizan siguiendo el estado de la práctica. El esfuerzo de mejorar debe concentrarse en asegurar la calidad de los procesos constructivos, así como en la inspección y el mantenimiento periódico de las edificaciones.

Por:
Gustavo E. Pacheco-Crosetti, PhD, PE
Héctor J. Cruzado, PhD, PE